En estas líneas quiero ir compartiendo con todos reflexiones e ideas entorno al crecimiento personal, enfocándome en mis vivencias como expatriada desde hace 14 años.
Comenzaré presentándome:
Mi nombre es María del Castañar, aunque mi familia y amigos me conocen como Casti. Soy de la villa salmantina de Béjar, donde nací y viví hasta los 14 años, edad con la que me trasladé junto a mis padres y hermanas a vivir a Ávila. Al cumplir los 18 años, comencé mi vida universitaria en Salamanca, donde compartía piso con otros estudiantes mientras me licencié en Administración y Dirección de empresas.
Después de acabar mis estudios, entré a formar de una entidad financiera, la que me permitió seguir trabajando en Salamanca. En 2002, cambié de entidad financiera para poder irme a vivir a Madrid, donde se encontraba mi pareja, el que hoy es mi esposo.
En 2009, comenzamos nuestro salto al exterior y nos convertimos en expatriados. Siendo ya papás de un niño de 2 años nos fuimos a vivir a Bucharest (Romania). Durante los siguientes 14 años, nos convertimos en familia numerosa, siendo papás de 3 estupendos niños, que han crecido viviendo en distintas ciudades de Europa y América (Bucharest, Zurich, Barcelona, San Salvador, Buenos Aires virtual, Ciudad de México, New York). Son un gran ejemplo de resiliencia y adaptación a los diferentes países, culturas y entornos.
Todos estos años en los que he estado dedicada a mi familia, me han regalado una gran evolución como persona, gracias a la cual, he experimentado un crecimiento personal.
34 años viviendo fuera de mi ciudad natal y 17 mudanzas, me han convertido en la persona que hoy soy.
Hace unos años decidí unir mis conocimientos como lifecoach con mi experiencia como mamá de familia numerosa expatriada para acompañar a las personas que necesitan transitar de su estado actual hacia un estado deseado, sin juicio, presentes y reconociendo que tienen dentro de ellas todo lo necesario para lograr lo que se propongan.
Agradecida por todas las oportunidades que se me han dado en esta vida y los aprendizajes adquiridos.
“No quiero que me salves. Quiero que estés a mi lado mientras me salvo a mí misma”
Liz Gilbert
Gracias, gracias, gracias.