Este mes te quiero hablar del duelo migratorio. Se denomina duelo migratorio a la forma de procesar la pérdida que ocurre cuando uno se muda de un país a otro. Es el proceso de adaptación a la nueva realidad. Normalmente, suele darse sin complicaciones, aunque existen algunas circunstancias que pueden complicarlo.

Es importante hablar del duelo migratorio orientado a las familias que se van a vivir a otro lugar, como consecuencia del movimiento generado a nivel profesional en la empresa de uno de los miembros de la pareja. El duelo migratorio afecta no solo al individuo que genera el movimiento, sino a toda la familia que lo acompaña en esta aventura. Es fundamental que todos los integrantes de la familia conozcan que en el movimiento a otro país se inicia un proceso de adaptación a la nueva cultura que lleva un tiempo.

Esta adaptación genera una especie de electrocardiograma emocional que será diferente para cada miembro de la familia, al margen de que la decisión de cambio fuera consensuada y estuviéramos muy contentos por la razón de nuestra partida. Existirán momentos en los que nos resultará difícil entender porque en ocasiones nos encontraremos tristes, enojados, con vergüenza, miedo o culpa. Será una montaña rusa de emociones lo que se ponga en movimiento. El aprender a escucharlas, gestionarlas nos dirán cómo somos y cuál es la nueva identidad que vamos a formar en el nuevo destino.

Mirar las emociones para reconocernos y conocernos en este proceso de duelo migratorio.

El duelo migratorio tiene 3 particularidades:

  • Es parcial, quiere decir que, a diferencia de otras pérdidas irreversibles, en este caso la separación no es definitiva. Esto puede hacerlo más complicado, ya que cada vez que vuelves y recuperas lo que has perdido experimentas emociones encontradas, además que siempre existe la posibilidad de regresar o recuperar lo que se dejó atrás. Esto da lugar a que surja el sentimiento de no ser ni de aquí ni de allí, soltar el arraigo es duro y dificulta la adaptación. Surgen preocupación por tu país, la familia que dejaste allí. Es importante entender las emociones y validarlas.
  • Es recurrente, ya que puede reactivarse cada vez que tenemos contacto con el país de origen o incluso con estímulos como canciones o películas.
  • Es múltiple, debido a que no solo pierdes un aspecto de tu vida, sino varios como: la familia, los amigos, el entorno cultural, el idioma entre otros. Esta pérdida es aún más desafiante cuando te mueves con niños pues ellos también tienen que adaptarse al nuevo entorno escolar y social.

Aprender a vivir en un nuevo entorno cultural es complicado en ciertos lugares. Aunque el idioma sea el mismo, en ocasiones hay palabras y modismos que tienen un significado diferente dependiendo el lugar, y el poder identificarlos es fundamental a la hora de aprender a conectar con la nueva cultura. Habrá países en los que las estaciones del año son diferentes a las de tu país de origen, donde será normal que se den tormentas de nieve, huracanes y terremotos de manera asidua, que te dejan incomunicado por días. El conseguir vivirlo con “naturalidad” es uno de los desafíos más grande que he experimentado, junto al hecho de vivir en países con alto nivel de criminalidad.

Cuando llegamos a un nuevo país no tenemos un grupo de pertenencia, a diferencia que teníamos en nuestro país. Nos encontramos solos. Quizá el miembro de la pareja que va con el trabajo se integra más rápidamente, al encontrarse bajo el paraguas de una misma cultura empresarial. Igual sucede con los hijos, ya que de manera natural encuentran un lugar de pertenencia en el colegio. Pero el que queda en casa, normalmente la esposa y mamá, le cuesta integrarse más tiempo. Este proceso puede llegar a durar 1 año, y dependiendo de la persona será más o menos complejo, o incluso puede llevar al proceso de expatriación al fracaso al no conseguir una adaptación a la nueva realidad.


En las familias, somos varios los miembros y cada uno vivirá las emociones que surgen de una manera diferente. Unos se hacen más cargo de emociones como el enojo, tristeza, miedo, y otros necesitan más atención. En ocasiones el prestarles atención a estos últimos, hace que no miremos lo que nos está sucediendo a nosotros, no le ponemos palabras y puede llevarnos a situaciones de angustia, ansiedad, estrés. Es fundamental brindar apoyo emocional y comprensión a quienes están atravesando este proceso, ya que hablar de las emociones y compartir las experiencias puede facilitar la adaptación y el crecimiento personal.

Deseo que esta información te sea útil si vas a pasar, estás pasando o pasaste por un proceso de expatriación. Si sientes que te están aflorando emociones que no identificas, no dudes en contactarme para acompañarte en el proceso de adaptación a tu nuevo destino.


Me encantaría saber de ti: Cuéntame, ¿cómo procesar los cambios en tu vida? ¿cuáles son tus claves para una adaptación amable? ¡Te invito a compartir tus experiencias con nosotr@s!

Así mismo te invito a seguirme en mis redes sociales @castiyuste y suscribirte a mi newsletter.
Te envío un abrazo,

Gracias, gracias, gracias.

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