Querid@ lector@ para respira y descubre:
Hoy quiero acompañarte a que pares, respires profundamente y descubras dónde estás. Descubre cuál es tu relación contigo y cómo te relacionas con otros.
En la mayoría de las ocasiones sabemos y nos damos cuenta cómo nos relacionamos con nuestro entorno, nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo,….pero rara vez nos paramos a descubrir como nos relacionamos con nosotros mismos, cómo nos hablamos, cómo nos tratamos,…
Te invito a que pares, respires y te descubras.
Probablemente, descubrirás que esa relación que mantienes contigo no es la más amable. Normalmente, tratamos mejor, nos relacionamos más amablemente con las personas que tenemos menos confianza. De esta manera, con las personas de confianza solemos medir menos las palabras y nos permitimos en ocasiones salidas de tono. Esto es así, hasta el punto que es a nosotros mismos a quien peor hablamos y con quién peor nos portamos.
¿Cómo te hablas? ¿Cómo te tratas?
A continuación te cuento unas claves para cambiar ese dialogo contigo mismo:
- Te animo a escribir unas líneas durante el día. Describe como te sientes, cuáles son tus sentimientos durante el día y lo que esperas. Utiliza palabras positivas.
- Tanto en los discursos como en los escritos cambia el “tengo que” por “elijo”, “voy a “ o “quiero”.
- Elimina los “peros” si no son necesarios.
- Acepta los cumplidos con gratitud. Tan importante es saber recibir como saber dar.
- Utiliza con más frecuencia el “para qué” en vez de “por qué”
- En tus discursos utiliza la palabra “afortunadamente”
De esta manera natural y progresivamente, vas a ir aumentando tus momentos de presencia, de toma de consciencia y cambiando esa forma de hablarte y hablar, conseguirás una sensación de bienestar. La manera en la que hablamos es la manera en la que nos hablamos, y esta forma de hablarnos está directamente relacionada con la manera en la que nos sentimos y cuáles son nuestras emociones, y nuestros pensamientos.
Cómo te hablas sientes, cómo te hablas piensas y cómo te hablas actúas. Para, respira y descubre cómo hablas y cómo te hablas. Para y descúbrete.
Uno de los principales medios de comunicarnos los humanos es el lenguaje oral, y éste condiciona no solo nuestras relaciones interpersonales sino también las relaciones intrapersonales. Según sea nuestro lenguaje oral, serán nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras emociones, y en consecuencia nuestros comportamientos.
Háblate bonito, siente bonito, piensa bonito y actuarás bonito.
Hace 6 meses que mi familia y yo llegamos a vivir a New York City, si en pleno Manhattan. Las personas que hemos ido conociendo y residen aquí desde hace más años, nos preguntan cómo nos trata la ciudad. Sinceramente, la ciudad nos trata bien, me trata bien, aunque entiendo que sin el trabajo y desarrollo personal que tanto mi familia como yo hemos ido adquiriendo a través de nuestra vida de expatriación, la adaptación no hubiera sido tan fácil.
Es una ciudad fría (y no lo digo por las temperaturas), la gente va con prisa que es diferente que ir corriendo, no sonríen, siempre con la mirada baja o en el celular. Echo de menos el cruce de miradas, los buenos días acompañados de una sonrisa al cruzarte en el supermercado, cualquier excusa para comenzar una conversación.
Estoy segura que ha sido gracias a mi formación en desarrollo personal y mi autoconocimiento consciente que mi adaptación a esta gran urbe, ha sido grata.
La posibilidad que te brinda el conocerte y sentirte a gusto en tu silencio y soledad, hacen que seas consciente de dónde te encuentras y lo que quieres lograr. El saber estar con uno mismo y hablarse bonito sin duda es el primer paso para estar feliz allá donde te encuentres.
Muchísimas gracias por estar y ser. Cuéntame si te ha resultado útil este capítulo.
Cuenta Contigo, Cuenta Conmigo.
Gracias, gracias, gracias.
Casti Yuste.